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Gordofobia por defecto

Publicado el 14 febrero 2022 - Sin categoría

gordofobia

¿Qué es la gordofobia? Todos somos gordófobos. Sin saberlo, por defecto. Por la forma en la que se ha constituido en los últimos dos siglos la imagen de la persona gorda como objeto psicológico estereotipado.

Lxs milenials nos hemos criado con ese concepto. Cuantas series de tv adolescentes hemos visto en las que en grupo de amigos había una persona que era la gorda y simplemente se dedicaba a eso, a ser gorda. No tenia mas identidad que esa. Así, se construye la noción de que la única identidad de una persona gorda parece que es ser gorda. Igual que la identidad de Pitufina frente al resto de los pitufos era ser la chica.

De igual forma, se han ido adscribiendo ciertas características a la delgadez frente a la gordura. Ideas como que estar delgado es más sano que estar gordo. Discursos hegemónicos sobre los cánones de belleza que presentan a las personas gordas como personas que fracasan en sus intentos por comer y hacer ejercicio saludables.

¿Qué es la gordofobia?

La gordofobia es una actitud que se manifiesta a través de prácticas, discursos y acciones que tienen como objetivo burlarse, marginar, estereotipar, prejuzgar, rechazar e incluso obstaculizar o vulnerar los derechos de las personas por su peso. Esta actitud se basa en un juicio de valor moral, que asume que las personas con sobrepeso son inferiores, menos saludables, menos atractivas y menos valiosas que las personas delgadas.

Esta actitud discriminatoria y violenta se expresa de diversas formas en nuestra sociedad, desde la publicidad que promueve la delgadez como único ideal de belleza, hasta la falta de accesibilidad de lugares públicos y servicios para personas con cuerpos más grandes, pasando por la discriminación laboral, el acoso escolar o el rechazo en el ámbito social.

Es importante destacar que la gordofobia no solo afecta a las personas que tienen sobrepeso, sino que también puede tener consecuencias negativas para la salud mental y física de todas las personas. La presión social por cumplir con los estándares de belleza establecidos puede llevar a trastornos alimentarios, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. Además, la discriminación y el estigma asociados con la gordura pueden llevar a la evitación de la atención médica, el acceso limitado a servicios de salud adecuados, la negación de tratamientos y la falta de atención médica adecuada, lo que puede tener graves consecuencias para la salud física.

En resumen, la gordofobia es una actitud discriminatoria y violenta que tiene consecuencias negativas para la salud y el bienestar de las personas que la sufren. Es importante reconocerla, combatirla y trabajar juntos para crear una sociedad más inclusiva y respetuosa con todos los cuerpos.

La gordura se trata con condescendencia e incluso con desprecio manifiesto

Perspectivas reduccionistas y miopes que plantean que la gordura es una cuestión de elección o de fuerza de voluntad también han propiciado que a las personas gordas se las trate con una cierta condescendencia si no ya con desprecio manifiesto.

Así, se concluye erróneamente que ser delgado es sinónimo de felicidad, de salud física y mental, de fuerza de voluntad y control sobre la comida; mientras que estar gordx simboliza estar enfermo, ser infeliz, no tener una buena salud mental y no poder ejercer control sobre la comida.

Además, se hace esa diferencia entre ser delgado y estar gordo. Esta diferenciación es peligrosa, puesto que se establece que el modelo natural del cuerpo humano es la delgadez y la gordura es un estado transitorio, pasajero e indeseado.

Esto, por supuesto, son estereotipos. Las personas gordas pueden llevar hábitos de vida saludables. A veces, incluso más que las personas delgadas. Sin embargo, la invalidación que sufren las personas gordas con la alimentación o el gimnasio no la sufren las personas delgadas. Muchas personas gordas tienen miedo a comer delante de otras personas por miedo a ser juzgadas. Porque si comen algo “sano” es como si estuvieran intentando adelgazar o disimular y si comen algo más calórico los demás van a pensar que esa es la razón por la que están gordas.

Aún así, como ya hemos comentado se refuerza la regla de que el estado natural del cuerpo es la delgadez. Así, muchas personas gordas siente que su cuerpo no es más que un proyecto en proceso. Se plantean a sí mismas como un proyecto de delgadez. Esta idea también se extiende a cada vez más ámbitos de la sociedad. Cada vez entendemos que tras nuestra apariencia actual, siempre cambiante, se esconde una apariencia verdadera que sólo es accesible a través del ejercicio físico y la alimentación saludable.

EL cuerpo se convierte en lo único identitario

Por ejemplo, se alaba una supuesta valentía cuando la persona gorda viste con ropa más ajustada. Parece que si estás gordx sólo puedes llevar un tipo de ropa que no marque absolutamente nada el cuerpo. Si se marcan las chichas, molestan. A las delgadas no se las exige tanto. Por tanto, desde la gordofobia a las personas gordas se les invalidan sus gustos. A las personas gordas no se las deja ser. Las personas gordas tienen que hacer de gordas. Esto reitera el estereotipo al homogeneizar la gordura bajo un único paraguas estético basado en la ocultación de la gordura. Así, se establecen patrones de conducta que facilitan la gordofobia por defecto.

De esta forma, la gordura se vuelve indeseable. Se impide que las personas gordas pueden ser personas sexuales. Se nos ha enseñado que los cuerpos extremadamente delgados son los verdaderamente deseables. Incluso se llega a atribuir el deseo sexual hacia personas gordas como un parafilia. Igualmente, si una persona se acuesta con otra persona gorda se tiende a ridiculizar a ambas.

Sin embargo, con la excusa de que alguien está gordx podemos opinar sobre su cuerpo, decirles que no coman, que deberían de adelgazar, que vistan más sueltos, que buscan pareja entre los suyos, etc. Esto también es gordofobia.

Parece que los gordos no hacen más que comer y engordar. Como ya hemos dicho, al reducir a esas personas a ese estereotipo, convertimos la gordura en su identidad. La gordura va por delante de la persona. No eres una persona. Eres gordx. Y esto, también, es gordofobia.

Y ése es, precisamente, el problema. Que estar gordx nunca debió ser una cuestión de identidad.

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