Manifesting Manifestar puede funcionar
Publicado el 29 septiembre 2025 - Sin categoría

Manifestar puede funcionar, y quien lo hace funcionar eres tú. A veces ocurre que después de desear intensamente que algo pase en nuestra vida, esto termina ocurriendo. La idea generalizada es que si visualizas, deseas y confías en algo con suficiente fuerza, podrás traerlo a tu vida. La ciencia tiene una explicación para esto.
Con este blog no pretendemos hacer una crítica al manifesting, en sí mismo, sino que buscamos hacer una exploración de por qué a veces, cuando queremos atraer algo a nuestra vida, realmente esto termina ocurriendo.
Nuestro objetivo es analizarlo desde un punto de vista científico para darle explicación y también aliviar el peso de la creencia de que “si no ha ocurrido es porque no lo hemos deseado de la manera correcta, o que no lo hemos visualizado suficiente”.
Hablaremos de conceptos como profecía autocumplida, de cómo influye nuestra atención y de cómo nuestro cerebro tiende a confirmar lo que cree y de cómo podemos, de una manera automática, crear las condiciones para que se cumpla lo que realmente deseamos.
¿A qué llamamos profecía autocumplida?
La profecía autocumplida es un concepto que busca explicar cómo lo que creemos puede influir en la manera en la que nos comportamos haciendo que se cumpla aquello que anticipábamos.
Estos comportamientos pueden darse de manera muy sutil, casi sin darnos cuenta. Este concepto ha sido estudiado en ámbitos diversos relacionados con las habilidades sociales, como, por ejemplo: la educación, las relaciones, el rendimiento laboral.
Veamos un ejemplo:
Al comenzar el curso, te das cuenta de que la materia es complicada, por lo que tu cabeza crea un pensamiento que será algo parecido a: “haga lo que haga, no aprobaré esta asignatura”. Esta asignatura, sus clases, las entregas te generan mucho malestar porque asumes que si o si, suspenderás, entonces dejas de ir a clase, dejas de entregar trabajos, dejas de preguntar tus dudas… y finalmente, suspendes esta materia.
La profecía autocumplida nos dice que, los cambios en el comportamiento: dejar de ir a clase, dejar de entregar trabajos o dejar de preguntar las dudas, hacen que finalmente suspendas.
No es el pensamiento “haga lo que haga, no aprobaré esta asignatura” el que provoca el suspenso, porque un único pensamiento no puede cambiar las situaciones que pasan en nuestra vida, sino son las acciones que llevamos a cabo, basándonos en que “haga lo que haga, no aprobaré esta asignatura” haciendo que las conductas que llevemos a cabo estén relacionadas con la dejadez y no relacionadas con las conductas normales que llevaríamos ante un comienzo de curso.
¿Qué tiene que ver esto con la manifestación?
Cuando manifestamos, buscamos atraer a nuestra vida algo que hemos pensado con intensidad y en lo que hemos creído de forma firme.
Vamos que dice la ciencia:
Tu atención se filtra según tus creencias
El cerebro humano no puede procesar todo lo que pasa a tu alrededor, así que filtra lo que ve en consecuencia a lo que cree. Normalmente, si eres súper fan de un grupo de música, será más fácil que puedas identificar una canción suya, aunque suene lejos, que si no eres capaz de reconocer lo que suena.
Volviendo al ejemplo de la materia que te ha parecido difícil, si haces una prueba o un examen, y sacas una nota baja, directamente creerás que ha sido porque esa asignatura no es para ti, sin contar con que, por ejemplo, el examen puede haber sido difícil.
A esto le llamamos sesgo de confirmación: nuestros pensamientos tienden a buscar, notar y recordar aquello que nos confirma lo que ya creíamos.
El cambio en tus pequeñas conductas
Estas creencias pueden afectar en cómo nos comportamos, en cómo nos relacionamos y en nuestra expectativa de las situaciones. De manera que, si estás tan convencido de ser una persona carismática, que empiezas a comportarte como tal, a practicar más el hablar en público, a prepararte mejor las reuniones, porque piensas que sabes cómo captar la atención de quien te escucha, realmente esto se cumplirá, todos te verán como una persona carismática.
Se cumplirá porque estas pequeñas actitudes harán que te conviertas en una persona carismática. Por lo que serás tú el que esté propiciando que lo que creas funcione.
Tu motivación cambia contigo
Cuando visualizas un objetivo y lo crees posible, tu motivación se activa. Esto tiene una base neurológica de recompensa, es decir, si crees que haciendo algo, vas a recibir algo positivo, tu cerebro te dispondrá a ello. Esta activación genera energía, enfoque y persistencia. Haciendo que sea más fácil para ti conseguir tus objetivos. Si esta motivación se mantiene en el tiempo, tus posibilidades de lograr lo que buscabas serán mayores
Veamos un ejemplo
Si manifiestas tener un trabajo en una empresa. Comienzas a seguir en redes a esa empresa. Comienzas a ir cerca de allí, para hacer manifesting y atracting, lees sobre ello, empiezas a hacer cosas que tienen que ver con ello. Aplicas las técnicas de manifestación, empiezas a comportarte como si ya estuvieses haciendo lo que estás manifestando. Llevas a cabo esa técnica, estarás comprobando como te comportarías en esa situación.
Al tiempo, ves una oferta empleo, y te contratan. Puede ser, debido a tu manifestación, pero también puede ser porque has hecho un gran trabajo de investigación sobre el grupo de la empresa, cómo se comportan en el trabajo, qué buscan y después de haber hecho ese trabajo, ha resultado fructífero.
Cada día estas creando condiciones
Hay un punto clave en las cosas que cambian cuando las deseamos con fuerza, y es que comienzas a comportarte de una manera distinta, más confiada y perseverante.
Estos nuevos comportamientos, si se sostienen en el tiempo, generarán nuevas realidades que harán que finalmente se cumpla esto que hemos deseado.
La diferencia con la manifestación estaría en que cuando manifestamos pensamos que con nuestro deseo y nuestro esfuerzo mental, se cumplirá lo que hemos manifestado, esto puede cumplirse o no, y cuando no se cumple puede resultar frustrante, ya que podríamos caer en el pensamiento de: “si lo estoy deseando, por qué no se cumple” “estaré manifestando mal” “realmente no es para mi” cuando en la realidad, la manera de acercarnos a lo que queremos es: actuar conforme a lo que queremos que se cumpla.
La buena noticia es que, puede bastar con entender que estas creencias pueden ayudarnos a acercarnos a lo que queremos.
¿Todo lo que pienso se cumplirá?
No. Es importante destacar que pensar no es peligroso, al igual que desear algo con toda nuestra intención no hace que se cumpla, tampoco, se cumplirán todos nuestros pensamientos. Los pensamientos que tenemos, no nos definen, ni hacen que todas las veces actuemos en consecuencia. Si así fuera, viviríamos aterrados por cada pensamiento extraño, absurdo o agresivo que tenemos, porque todas las personas tenemos pensamientos de este tipo.
Pensar que vas a perder el control, no significa necesariamente que por pensarlo vayas a hacerle daño a alguien. De hecho, que un pensamiento te genere esa sensación desagradable, hace mucho menos probable que lo ejecutes. Los pensamientos no son órdenes, ni reflejos exactos de quien eres. Podemos pensar en cosas que no se van a cumplir. Son solo actividad que a veces se convierten en ruido y otras en señales útiles.
Convertir estas señales útiles en creencias dirigidas hacia lo que queremos, nos puede ayudar a la consecución de nuestros objetivos. Estas señales útiles solo se harán influyentes si el patrón de estas es sostenido en el tiempo y nos influye en lo que hacemos en un entorno determinado. Tú no eres tu mente, ni una idea que se te cruza y pensar no es igual que actuar. Eres mucho más que lo que piensas.
El poder de actuar con sentido
No se trata realmente de intentar controlar lo que pensamos, sino de tener mejor relación con nuestros pensamientos. Tener metas o visualizar lo que queremos en el futuro no es malo, ni totalmente determinante de lo que va a pasar. Lo importante es tener claro hacia dónde estamos avanzando. A veces las cosas no ocurren como han sido planeadas, y esto puede generarnos malestar, este malestar también es natural, porque efectivamente, a veces pasan cosas que no están bajo nuestro control. Lo importante siempre es tener claro hacia donde estamos yendo y para qué estamos deseando o manifestando.
A veces, tenemos que gestionar el no cumplimiento de lo que queremos. Esto genera malestar, hace que estemos tristes, y a veces, usamos la manifestación para agarrarnos a esa esperanza de que quizás pase, intentando evitar la decepción. Debemos tener en cuenta que decepcionarnos es parte de la vida y que no podemos evitarlo en ciertas ocasiones.
Esperanza activa: soñar con los pies en la tierra
¿Hay alguna manera de usar este tipo de herramientas de forma saludable? Comencemos por el principio, lo primero sería no exigirse objetivos imposibles, teniendo en cuenta que no todo depende de ti. La clave está en desarrollar esperanza activa. Es decir, no intentar que lo que nos pase llegue solo, ni confiar en un plan exacto en inequívoco que nos ayudará a la consecución de nuestros objetivos.
Sino una esperanza que te impulsa a moverte, a probar, aprender, incluso si no hay garantías. Una esperanza que no busca eliminar el dolor, pero que tampoco se paraliza cuando este llega.
Hay cosas que podemos controlar, y otras no
Como ya se ha hablado en este blog, hay muchas cosas que se escapan a nuestro control, pero hay otras que podemos controlar nosotros. Decidir querer cambiarlo, movernos poco a poco hacia ello puede hacer que cambiemos nosotros y nuestro entorno. Tus acciones modifican tu día a día y esto puede parecer magia, pero es una transformación real.
El manifesting funciona cuando no se convierte en una trampa de culpa, sino que lo que vemos es la práctica hacia el objetivo. Cuando no exigimos resultados, sino sembramos posibilidades.
Cuando decimos que la profecía autocumplida funciona, no asumimos que lo haga de manera mágica, sino que hablamos de cambios en la manera de comportarnos, para que poco a poco consigamos el cambio que queremos. Es un recordatorio de que parte lo que pensamos, puede funcionar como una semilla que iremos regando poco a poco.
No eres responsable de todo lo que te pasa, ni puedes controlar todas las cosas que pasan tu vida. No podemos controlar todo, podemos elegir de qué responsabilizarnos y disponernos a llevar a cabo pequeños cambios que nos acerquen. Aunque también, debemos de aceptar las cosas que no salen como esperábamos y aceptar que quizás eso no cambio.
Así que: visualiza, sueña y proyecta. Pero siempre hazlo con ternura y con flexibilidad y sobre todo con acción.

Preguntas frecuentes sobre manifestar
¿Qué tan real es manifestar?
Manifestar podría funcionar, y además de las creencias, hay una explicación, y está en que nuestra creencia, en ciertos casos, la creencia, nuestro objetivo, tenerlo claro, puede hacer que modifiques tu atención y tu comportamiento. Haciendo que aumenten tus posibilidades de conseguirlo, pero tienes que tener en cuenta que, a pesar de desearlo y motivar tu acción hacia ello, no todo depende de ti, por lo que ni si quiera dedicándole todo tu esfuerzo tiene por qué funcionar.
¿Por qué lo que manifiesto no se cumple?
Esto no significa que hayas hecho algo mal. En la vida hay muchos factores que están fuera de nuestro control. No todo lo que seamos se cumple, y eso no invalida tu valor, ni significa que no hayas hecho esfuerzos. A veces además de tener un objetivo claro, también tenemos que adaptarnos cuando veamos que las cosas no surgen como queremos.
¿Puede hacerme daño pensar en negativo?
Pensar en negativo solo podría hacerte daño si tomas cada uno de tus pensamientos como algo inequívoco y totalmente cierto. Por eso es importante aprender a observar los pensamientos sin asumirlos directamente como verdades. No eres lo que piensas, puedes tener pensamientos extraños sin que eso te defina.
Si piensas que necesitas ayuda para gestionar tus deseos, y tus objetivos vitales, contacta con nosotros.
¿Quieres concertar una cita en Acimut?
Si buscas un psicólogo en Madrid que te ayude, en Acimut te ofrecemos a enseñarte la importancia de manifestar. Enfocamos tus necesidades para dar una ayuda integral y personalizada. Si quieres saber más sobre estas herramientas nosotros podemos ayudarte.
Estaremos encantados de ayudarte en nuestro centro Acimut Psicología Aplicada en la calle de Cristóbal Bordiú, 42, Madrid. Puedes concertar una cita en nuestro centro de psicología en Chamberí con nuestros especialistas en el correo info@acimutpsicologia.com o en el teléfono 722 112 469
En Acimut Psicología Aplicada ayudamos a establecer nuevos rumbos.
En nuestro gabinete de psicología en Chamberí podemos ayudarte. También tenemos servicios de terapia online si no vives cerca de Madrid o Chamberí.
Expectativas vitales