La importancia de poner límites a tiempo
Publicado el 15 septiembre 2025 - Sin categoría

La convivencia con otras personas en ocasiones puede no resultarnos nada fácil, tanto en el trabajo, como en las amistades o incluso en la familia. Numerosas veces, éstos sobrepasan una fina línea que tiene que ver con nosotros y con nuestros deseos. ¿Alguna vez has hecho algún favor aunque estuvieras ocupado y no te apeteciera nada? Decir que no, poner límites no es una tarea fácil en las relaciones sociales, pero si algo necesario para nuestro bienestar.
¿Alguna vez te has preguntado qué es poner límites? Puede ser algo muy confuso cuando no conocemos acerca de ello.
El trabajo de aprender a decir que no y establecer tus límites tiende a ser un camino muy largo, en este blog repasaremos cuestiones útiles que pueden servirte para empezar ese camino.
¿Qué son los límites?
Los límites son una herramienta para poder tener un equilibrio entre nuestro bienestar y las relaciones que mantengamos.
Serían las reglas que tenemos para relacionarnos con el entorno de una manera en la que no nos genere malestar y en la que protejamos nuestro bienestar.
Existen muchos ámbitos en los que podamos poner límites para protegernos como límites físicos, sociales, emocionales, materiales o de tiempo. Conocerlos puede ayudarnos a normalizar su uso, dado que representan una parte muy importante para nuestra seguridad como personas.
A continuación veremos ejemplos de cómo podrían verse los límites mencionados anteriormente en nuestra vida cotidiana.
Límites físicos
Los límites físicos incluyen el contacto físico y nuestro espacio personal cuando nos relacionamos con otras personas. Poner límites en estos casos podrían ser, no dar abrazos al conocer a alguien si no quieres y dar la mano en su lugar, o expresar que alguien está demasiado cerca cuando se acerca a hablarte. Estos límites nos ayudan a sentirnos seguros y a sentir mayor autonomía personal.
Límites sociales
Los límites sociales influyen en con quién nos relacionamos, de qué manera, facilitándonos así establecer cómo queremos ser tratados. Así los límites sociales nos ayudan a establecer relaciones consentidas y sanas. Entre los límites sociales podemos tener no acudir a lugares sociales a los que no queramos, no responder mensajes automáticamente si estamos ocupados, querer recibir en relaciones donde tu das. Estos límites podrían mejorar el cómo nos sentimos con las relaciones que mantenemos.
Límites emocionales
Los límites emocionales tienen que ver con lo que compartimos con los demás, ideas, creencias, emociones y no permitir que las minimicen. Estos límites tienen que ver con que no nos intenten imponer las ideas de los demás, y no permitir que nos ridiculicen por lo que pensemos o sintamos. También se relacionan con compartir nuestras emociones cuando estemos preparados y no cuando otras personas lo quieran.
Nos ayudarían a proteger nuestras ideas o emociones, fomentando nuestro autocuidado y fomentando que construyamos relaciones más equilibradas y sanas.
Límites materiales o de tiempo
Los límites materiales o de tiempo tienen que ver con los recursos propios que dejamos a disposición de los demás. Establecer límites de este tipo nos ayudan a evitar el agotamiento que puede suponer sobrecargarse por ayudar a otros y a organizar nuestra vida en torno a nuestras necesidades y no las de otros, además protegemos así nuestros propios recursos.
Estos límites giran en torno a respetar nuestro tiempo, tanto de descanso como de trabajo, no llevándonos trabajo a casa, o evitando conversaciones largas en el trabajo que nos retrasen. En relaciones también pueden verse no dejando nuestras cosas materiales que no queramos o respetar el tiempo que necesitamos para nosotros.
Los límites representados son ejemplos que pueden causarnos malestar a lo largo de nuestra vida el no respetarlos, pero cada persona puede establecer los límites que más se adecuen a su persona.
¿Hasta dónde van los límites?
El establecer límites es una parte importante de nuestra vida necesaria para nuestro bienestar. Aún así, es confuso el límite entre cuando es necesario un límite y cuando no. El saber cuándo o cuándo no poner un límite puede no ser una tarea fácil.
Por lo que revisaremos cuando podría sernos útil poner un límite o algunos aspectos que nos pueden ayudar a reconocer cuando deberíamos poner límites.
Existen diversas formas con las que podríamos guiarnos para establecer límites.
Una de las principales es la forma en la que nos sentimos, escuchando nuestras emociones. Si diversas situaciones empiezan a hacernos sentir agotados, frustrados y nos hacen sentir sensación de malestar general podría ser un indicador de que no estamos estableciendo los límites adecuados. Esta situación podría darse en momentos como estar con un amigo que siempre solo se centra en hablar sobre él y nunca tiende a preguntar cómo estamos. Relacionarnos con este amigo podría generarnos mayor cansancio. Esto podría darnos un indicio de que debemos poner un límite con esta persona.
Por ello es importante leer nuestro cuerpo o escuchar nuestras emociones en diferentes momentos, puede que ese malestar sea de límites que no hayamos puesto.
Otra forma que podemos encontrar que no estamos estableciendo los suficientes límites es cuando tenemos la percepción de que el tiempo no es nuestro o de que siempre debemos estar para todo quien lo necesite. Así aceptamos compromisos que quizás no queramos aceptar. Esto podría llevarnos a situaciones en donde nos llevemos el trabajo a casa o aceptemos quedar en días que teníamos pensado reservar para nosotros. La importancia de valorar nuestro propio tiempo o de respetar nuestro descanso es una forma de poner límites en éstas situaciones en las que quizás creamos que lo hemos perdido.
En ocasiones podemos notar que no hemos establecido los límites correctos cuando nuestro entorno siempre nos da por garantizados. Cuando siempre hemos estado para diversas personas, porque las hemos priorizado, pueden empezar a dar nuestra ayuda por garantizada. Podemos verlo cuando ya no nos dan las gracias o cuando se ha convertido en una relación que no es recíproca, en la que solo damos pero no recibimos. Es importante notarlo porque quizás estamos haciendo más de lo que nos gustaría y no estamos poniendo los límites adecuados.
Otras veces podemos notar que no hemos establecido los límites que queremos cuando nuestro entorno tiende a minimizar nuestras emociones o ideas. Podemos verlo en momentos en los que nos podamos sentir tristes y nos puedan responder con ¨no es para tanto, estás exagerando¨. Nuestras emociones son válidas y merecen ser respetadas. Debemos examinar más a fondo cómo nos hace sentir que nos respondan de esas maneras, para conocer si deberíamos establecer un límite ante esas situaciones.
No existen normas generales para decidir si deberíamos incluir un límite o no, los límites varían en cada persona, también en diferente momentos y pueden fluctuar a lo largo de nuestra vida de la forma que necesitemos necesaria para nosotros mismos.
La importancia de los límites en diferentes ámbitos de vida
Conocer acerca de los límites e implicarlos en nuestra vida tiene muchos beneficios para nuestra calidad de vida.
El establecer límites nos ayuda a priorizar nuestras necesidades y a reducir el malestar en ciertas situaciones que no los hubiéramos puesto.
Tomando una decisión en la que elijamos teniéndonos en cuenta fomenta a que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
Estableciendo límites también fomentaremos nuestro propio autocuidado, generando conductas para mejorar nuestro bienestar, como el descanso o el tiempo para uno mismo, lo que ayudaría a tener una mejor calidad de vida.
También nos ayuda a mejorar las relaciones interpersonales, no solo respetando nuestros propios límites, sino que también comprendiendo que los demás también tienen derecho de establecer sus propios límites y validarlos. Además, evitando el hacer cosas por compromiso, puede ayudarnos a no generar emociones como rencor hacia la otra persona y mantener una relación sana con esa persona.
Puede que creamos que en el ámbito laboral es mucho más complicado establecer límites, pero es igual de importante. Cuando equilibramos el trabajo con nuestra vida personal, evitamos tener colapsos como el burnout o mejora nuestro rendimiento, haciéndonos más productivos.
El generar límites estando con nuestra familia también es un aspecto relevante en nuestra vida porque favorece nuestra independencia. Facilitándonos así, tener relaciones menos disfuncionales y creando un espacio más seguro.
Los límites abarcan muchos ámbitos de nuestra vida y en todos ellos representan una parte importante de nuestro bienestar.

¿Cómo poner límites?
Establecer límites, puede ser algo muy difuso para nosotros, en ocasiones no sabemos ni por dónde empezar o cómo hacerlo.
En este blog podemos tener en cuenta diferentes factores para un inicio, aún así, no es suficiente información para empezar un cambio total que pueda darnos todo lo que necesitamos saber. Si consideras que necesitas ayuda o te gustaría conocer más acerca de establecer límites, un profesional de la salud siempre estará disponible para ti.
Para el establecimiento principal de límites, debemos empezar por conocer cuáles son nuestras necesidades reales. Preguntas como ¿Qué es lo que necesito en esta situación? ¿Qué me genera esta situación y por qué? pueden sernos útiles para posteriormente concretar los límites que queramos establecer.
Haciendo este proceso puede ayudarnos a saber qué es lo que esperamos conseguir de ese límite, y en qué situaciones podríamos establecerlo.
Tras hacer estos pasos, tendríamos que comunicar estos límites en donde queramos ponerlos.
Para ello, la mejor forma es hacerlo desde una comunicación asertiva.
La comunicación asertiva persigue transmitir nuestros deseos a la vez que ser respetuoso y tener empatía con la otra persona. No busca imponer nuestros deseos, sino que se tengan en cuenta y priorizarlos cuando sea necesarios, desde una comunicación en la que transmitimos lo que queremos de la forma más cordial posible.
Para ello debemos transmitir nuestro mensaje claro, describiéndolo de una manera objetiva, explicando cómo nos hace sentir, sugiriendo una conducta alterna y transmitiendo lo que ocurrirá si este límite se respeta.
Para verlo de una mejor manera, podemos presentar un ejemplo.
Nuestro jefe nos pide que hagamos trabajo fuera del horario laboral.
Desde una manera asertiva podríamos responderle ¨Me has pedido que trabaje fuera de mi horario laboral, lo que me hace sentir algo presionado porque necesito respetar mi horario personal, a partir de ahora solo haré el trabajo en mi horario laboral, de esta manera yo podré rendir mejor en el trabajo¨
De esta manera, podemos transmitir nuestro límite, desde el respeto y aportando nuestros deseos.
Algo que puede ayudarnos a la hora de poner límites, es utilizar el ¨yo¨ en vez del ¨tú¨, así ayudamos a evitar conflictos, debido a que invitamos al establecimiento del límite desde lo que nosotros necesitamos y no desde lo que los otros hacen.
En una situación en donde nuestro amigo solo hable de él y no te pregunte por ti sería algo como ¨Me siento triste cuando hablas constantemente de tus problemas sin preguntarme cómo estoy yo¨.
El poner límites también conlleva que nosotros mismos los respetemos y que hagamos que se cumplan, en ocasiones son situaciones difíciles de manejar, pero debemos recordar que su establecimiento nos ayudarán a nuestro bienestar en un futuro.
Existen muchos pasos a seguir y muchas formas de establecer límites, mientras más conozcamos más podremos ir probando para saber cual es la que más se adapta a nosotros. Aún así, el proceso de establecer límites puede resultarnos complicado, si es así, siempre podremos contar con un especialista de la salud que pueda ayudarnos en nuestro camino del cambio.
¿Por qué nos cuesta tanto decir que no?
Uno de los factores que más pueden limitarnos a poner límites es la dificultad que tenemos al decirle que no a alguien.
Esta dificultad puede deberse a muchas causas.
Entre ellas, existe el miedo que podamos sentir a generar un conflicto con la otra persona o a que simplemente nos rechace por no ceder en lo que quiere.
También, en ocasiones el no ceder hace que creamos que los demás nos verán como una mala persona, aunque en realidad estemos poniendo límites sanos para nuestra persona.
A veces, el no hacer cosas por los demás y priorizarse puede generarnos emociones como culpa, aún así, el respetar nuestro bienestar debe ser nuestra prioridad.
Aunque el decir que no pueda generarnos malestar, es importante recordar que todos los límites establecidos los ponemos para nuestro propio cuidado y que nuestro bienestar siempre debe ir primero.
Si no consideramos que podemos llevar a cabo el establecimiento de límites solos, siempre podemos acudir a un profesional que pueda ayudarnos.
Existen diversas preguntas que pueden surgirnos en relación con los límites.
Preguntas frecuentes en relación a poner límites
¿Cómo se aprende a poner límites?
El aprender a poner límites, tiene que ver con conocer los límites que queramos utilizar y la práctica de como ponerlos. Conlleva aprender herramientas para poner límites de una manera asertiva, en la que puedan escuchar nuestras necesidades y nosotros transmitirlas desde el respeto y ejercer su mantenimiento.
¿Por qué me cuesta poner límites?
El poner límites no solo conlleva que nosotros queramos ponerlos, sino que, también influyen varios componentes que influyen en nuestra puesta. En primer lugar, la reacción de alguien más podría influir en cómo nosotros actuamos para que esa persona tenga la mejor visión de nosotros, dándonos miedo a ser juzgados o que podamos ser abandonados por esa persona. En segundo lugar, el que nunca nos hayan enseñado a ponerlos en un primer momento es un factor muy importante por el que no los hemos establecido o sepamos cómo hacerlo.
Por último, emociones desagradables como la culpa pueden generar ese impedimento a la hora de establecer límites. Los componentes siempre variarán según la persona, y cada uno de nosotros puede tener un motivo diferente a los vistos.
¿Qué provoca no poner límites?
El no establecer límites puede llevarnos a generar mayor malestar en nosotros por hacer cosas que no queremos hacer. Además puede influir de manera negativa en cómo nos relacionamos con los demás, generando emociones desagradables hacia ellos.
¿Quieres concertar una cita en Acimut?
Si buscas un psicólogo en Madrid que te ayude, en Acimut te ofrecemos a enseñarte la importancia de poner límites a tiempo. Enfocamos tus necesidades para dar una ayuda integral y personalizada. Si quieres saber más sobre estas herramientas nosotros podemos ayudarte.
Estaremos encantados de ayudarte en nuestro centro Acimut Psicología Aplicada en la calle de Cristóbal Bordiú, 42, Madrid. Puedes concertar una cita en nuestro centro de psicología en Chamberí con nuestros especialistas en el correo info@acimutpsicologia.com o en el teléfono 722 112 469
En Acimut Psicología Aplicada ayudamos a establecer nuevos rumbos.
En nuestro gabinete de psicología en Chamberí podemos ayudarte. También tenemos servicios de terapia online si no vives cerca de Madrid o Chamberí.
Expectativas vitales