Blog

Psicología en tiempos de pandemia

Publicado el 2 octubre 2020 - #Conocimientos

psicología en tiempos de pandemia

Con las recientes restricciones y noticias sobre rebrotes queríamos hablar de un fenómeno psicológico que se suele acentuar en tiempos de incertidumbre o cambio profundos: la polarización.

La polarización es un proceso psicológico que consiste en ir extremando las creencias y las ideas asociadas a un evento cuando nos exponemos a información que nos resulta contraria o inaceptable.

En nuestro afán por autoafirmarnos y por reforzarnos, extremamos nuestras creencias y las expresamos con mayor vehemencia y tesón. De esta forma, cada vez que una persona contraria a nuestra postura discute con nosotros se expresa con la misma vehemencia y tesón, generándose una escalada que culmina en una polarización mayor.

La polarización suele estar asociada con situaciones de incertidumbre. Puesto que no puedo controlar la situación, al menos puedo ejercer un cierto control sobre las cosas que creo y pienso. De esta forma, cuanto más fuertes siento que son mis ideas y mis creencias, más sensación tengo de que controlo lo que sucede a mi alrededor.

En tiempos de pandemia, la psicología debe recordarnos que determinadas maneras de ver la realidad pueden desembocar en problemas psicológicos futuros. Negar la existencia del virus con insistencia o considerar que la COVID-19 simboliza el fin del mundo son posturas que se parecen más de lo que parecería a simple vista.

Así pues, un profundo optimismo sobre el futuro o un profundo pesimismo plantean el mismo problema. Nos alejan de poder tomar contacto con las consecuencias más inmediatas de nuestra realidad. La polarización en un sentido o en otro nos impide poder experimentar determinadas situaciones y nos dificulta aprender y avanzar.

teorias-sobre-el-coronavirus-683x1024

Reducir la incertidumbre a través de extremar nuestras ideas y nuestras creencias trae, como consecuencia, una mayor dificultad para identificar las excepciones, las diferencias y las consecuencias inesperadas y beneficiosas de cambiar la conducta.

Plantear que la rigidez es la mejor arma contra la incertidumbre nos deja expuestos, puesto que nos impide ampliar nuestro repertorio ante lo inesperado.

Plantear nuestras creencias como si fueran los muros inquebrantables de un castillo parece una buena estrategia ante la incertidumbre. Detrás de esos muros se encuentran las cosas seguras y conocidas que podemos manejar y controlar.

Sin embargo, cuanto menos salimos del castillo, más peligroso e incierto parece que se vuelve el mundo tras los muros.

Flexibilizar nuestra visión de nosotros mismos como seres que estamos en constante cambio y evolución facilita poder enfrentarse a las eventualidades inesperadas e inciertas de la vida. Nos fortalece de dentro afuera y no de fuera adentro.

Por lo tanto, seguir las medidas sanitarias de seguridad, mantener la distancia social o lavarse las manos frecuentemente, no son actos inútiles. Son medidas de protección sanitaria, necesarias para reducir el impacto de una situación global inédita.

Ilustración de Laura Calvo.