Roles de Género y su impacto en nuestra vida
Publicado el 8 abril 2025 - Sin categoría

Últimamente, en muchos de los contextos en los que vivimos se está hablando de de los roles género, lo vemos en publicaciones, en charlas sociales entre otros… pero ¿qué es el género? ¿cómo influye en nuestra vida y en nuestra manera de ver el mundo? ¿ por qué, aunque pensemos que individualmente somos personas complejas, socialmente tendemos a crear grupos de personas que tienen características parecidas para hacer una visión más global del mundo que nos rodea. En esta ocasión, hablaremos de la agrupación que hacemos según el género.
¿Qué es el Género?
Para hablar de género primero debemos definirlo y separar la concepción social de la biológica:
Hablamos de género para referirnos a una construcción social que engloba roles, normas, comportamientos y atributos asignados a las personas en función del sexo asignado al nacer. Aunque cada cultura tiene sus matices, existe un imaginario colectivo que define lo “adecuado” en lo masculino y lo femenino.
Por su parte, el sexo se refiere a las características biológicas y fisiológicas con las que nacemos, como la genitalidad y la dotación cromosómica.
Cuando hablamos de género ¿de qué estamos hablando?
Hablamos de roles y de estereotipos
Nos referimos a rol de género para definir un conjunto de expectativas y normas sobre cómo debe actuar, comunicarse y expresarse una persona según el género que se le asigna.
Sin embargo, el estereotipo de género se refiere a ideas socialmente compartidas sobre lo que es “típico” o “adecuado” en hombres y mujeres. Por ejemplo, se espera que las mujeres sean empáticas, maternales y afectuosas, mientras que a los hombres se les atribuyen características como fortaleza, valentía y racionalidad.
Estos conceptos se configuran a través de la crianza y el aprendizaje social, reforzados históricamente mediante la división de espacios públicos y privados.
Cómo nos construimos a través del género
¿Cuándo nos enseñan nuestro género?
Desde la primera infancia se nos enseña a comportarnos de una manera específica según el género. Numerosos estudios muestran que, incluso como bebés, se trata a niñas y niños de forma distinta: con las niñas se les utiliza un tono de voz más dulce y se las protege de ciertas actividades, se le brindan juegos menos activos, más centrados en los cuidados o en actividades manuales, mientras que a los niños se les anima a ser más activos y valientes y se les presentan juegos en los que tienen que usar más habilidades como la lógica.
Estas diferencias no están relacionadas con nada que tenga que ver con el físico, ni con las condiciones biológicas de estos bebés, sino con la creencia de que, por pertenecer a un género u otro, les beneficiarán o les parecerán más interesantes unas actividades u otras. Este pensamiento, unido a la visibilidad de los referentes, es decir, lo que veo hacer a mujeres y a hombres, que nos hacen querer ser como ellos, hacen que los niños vayan determinando de cierta manera sus expectativas respecto de su género y de su futuro.
El rol y quienes somos
Nuestra identidad personal no se forma en el aire, sino en constante interacción con lo que la sociedad espera de nosotros.
- Cómo se forma la identidad: Desde pequeños, absorbemos ideas sobre qué significa ser hombre o mujer, y eso influye en cómo nos vemos a nosotros mismos. A veces, estas expectativas nos ayudan a encontrar nuestro lugar, pero otras veces pueden limitarnos, haciéndonos creer que solo podemos aspirar a ciertos caminos “correctos” según nuestro género.
- Impacto en la autoestima: Por un lado, encajar en estos roles puede darnos una sensación de pertenencia. Pero, por otro, si sentimos que no nos ajustamos del todo a lo que se espera, pueden surgir dudas e inseguridades. Es fácil que aparezca una lucha interna entre lo que realmente queremos y lo que creemos que “deberíamos” ser.
Rol de género influye en nuestras habilidades sociales
Los roles de género no solo moldean la identidad, sino que también influyen en el desarrollo de nuestras habilidades sociales:
- Interacción y comunicación: Desde pequeños, aprendemos que ciertas actitudes se asocian más a un género que a otro. Por ejemplo, se suele animar más a los niños a ser valientes o directos y a las niñas a ser comprensivas o cuidadosas. Sin darnos cuenta, esto puede marcar cómo nos comunicamos en nuestra vida personal y profesional.
- Desarrollo de habilidades: En muchos casos, a los hombres se les impulsa a desarrollar liderazgo y seguridad en campos más “racionales”, mientras que a las mujeres se les reconoce más por su capacidad de cuidar y conectar con los demás. Aunque no hay nada malo en potenciar esas habilidades, el problema surge cuando estas expectativas limitan otras áreas de desarrollo, haciendo que no exploremos todo nuestro potencial.
Emociones y roles de género
La manera en que expresamos y gestionamos las emociones está profundamente influenciada por los estereotipos:
Expresión emocional en mujeres
Se asocia su expresión a emociones “desactivadoras” como la tristeza, la culpa o el miedo, y se penaliza la manifestación de ira o agresividad. Esto puede llevar a la internalización de conflictos y a una mayor vulnerabilidad frente a trastornos como la depresión o la ansiedad. Fomentando una posición de complacencia y de no comunicación de necesidades.
Expresión emocional en hombres
Se fomenta la manifestación de emociones “activadoras”, como el enfado o la rabia, y se castiga y se abochorna, la vulnerabilidad. La dificultad para expresar emociones como la tristeza puede derivar en comportamientos de evasión, consumo de sustancias o agresividad encubierta, además de afectar negativamente en las relaciones interpersonales.
Esto nos puede llevar a una gestionarnos de una manera desajustada, expresándonos a través emociones que no están relacionadas realmente con lo que nos está pasando.
En mujeres podemos ver como se gestionan principalmente a través de la tristeza, por ejemplo: en el trabajo, si hay un compañero que han ascendido antes que a mí, teniendo los dos el mismo puesto, las mismas responsabilidades y llevando yo más tiempo en la empresa, probablemente la emoción a través de la que me exprese será la tristeza, a pesar de que lo que me ha ocurrido es injusto y que no he tenido ninguna pérdida , por lo que la emoción natural estaría más cerca del enfado que de sentirme triste.
En el caso de los hombres podemos ver, por ejemplo, en situaciones como en rupturas amorosas o en separación de sus hijos, donde realmente lo que está ocurriendo es una pérdida, pero se suele gestionar a través del enfado.
Estos patrones, aprendidos desde temprana edad, condicionan no solo nuestras relaciones con otras personas, sino también la manera en que afrontamos el estrés y los conflictos en diferentes ámbitos de la vida.

Roles de género y prevalencia de trastornos mentales
La investigación muestra diferencias en la prevalencia y expresión de diversos trastornos, donde el aprendizaje social y las expectativas de género juegan un papel crucial, ya que están muy relacionados con la expresión y gestión de las emociones, con la manera en la que comunicamos y sentimos que lo que nos pasa es válido.
Depresión
Mujeres: Se diagnostica con mayor frecuencia y se manifiesta a través de síntomas como tristeza, ansiedad y culpa.
Hombres: La depresión puede expresarse de forma “encubierta”, mediante irritabilidad, conductas de riesgo o consumo de sustancias, posiblemente debido a la dificultad para expresar vulnerabilidad.
Suicidio
Aunque las mujeres realizan más intentos de suicidio, la tasa de suicidio consumado es mayor en hombres, en parte por la presión de cumplir roles de proveedor y la estigmatización de la debilidad.
Trastornos de ansiedad
Con mayor prevalencia en mujeres, asociados a la sobrecarga de roles y a la expectativa de ser siempre emocionalmente disponibles.
Trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y presión estética
La presión estética impuesta por los ideales de belleza, sobre todo en lo relacionado con el cuerpo femenino, contribuye significativamente al desarrollo de TCA como la anorexia y la bulimia. Desde temprana edad, las niñas reciben mensajes que vinculan su valor personal con su apariencia física, intensificando la insatisfacción corporal y elevando el riesgo de desarrollar estos trastornos. Esta presión se da en muchos contextos de la vida, donde podemos visualizar un canon establecido, que vemos habitualmente en publicidad, en los medios de comunicación, en redes sociales, entre otros…
Impacto en la vida laboral y familiar
Maternidad y paternidad
Los estereotipos afectan también, de manera profunda, las dinámicas familiares. Esto, aunque cada vez es algo en lo que la sociedad va avanzando cada vez más, sigue esperando que las mujeres sean las principales cuidadoras, lo que puede generar cuestionamientos propios y ajenos, y la necesidad de sacrificar su carrera profesional. Por el contrario, los hombres rara vez enfrentan presiones similares en su rol de padres, priorizando un rol proveedor que también impide su desarrollo como padres y su presencia en la vida de sus hijos.
Cómo influye en el ámbito laboral
La desigualdad en el ámbito laboral se manifiesta a través de:
Brecha salarial: Las mujeres, en promedio, ganan menos que los hombres por trabajos equivalentes, lo que refleja una valoración desigual de sus capacidades. Esto puede estar relacionado con diversos motivos relacionados con el género, como el hecho de la estigmatización de las profesiones. Existen profesiones, o puestos de trabajo dentro de ellas, en las que no se visibiliza referentes de un género u otro. Solemos ver más mujeres en las profesiones que están más relacionadas con los cuidados y más hombres en las que están más relacionadas con el procesamiento lógico y en las que se necesita más implicación física.
Techo de cristal: Barreras invisibles impiden el ascenso de muchas mujeres a puestos de liderazgo, derivadas en parte de la discriminación de género y la persistencia de normas que relegan a las mujeres a roles “secundarios” o de soporte.
Impacto en la calidad de vida: Estas desigualdades afectan la autoestima, el reconocimiento profesional y la capacidad de influencia en la toma de decisiones, perpetuando la división de roles tanto en el ámbito laboral como en el personal. Hemos de tener en cuenta, que además las profesiones que se atribuyen al género masculino están mejor valoradas en nuestra sociedad, relegando las actividades que se entienden como estereotípicamente femeninas a tareas menos importantes o poderosas.
Lo podemos ver así, en el trabajo que han llevado a cabo las mujeres que han sido amas de casa, cuyo trabajo ha sido históricamente denostado, además de no haberse considerado como tal, a pesar de la carga mental y física que conllevan los cuidados.
Disidencias de género y nuevas perspectivas
Aunque los roles tradicionales han comenzado a flexibilizarse, las disidencias de género, incluyendo a personas trans, no binarias y de género fluido, siguen enfrentando desafíos adicionales:
- Visibilidad y reconocimiento: Las personas disidentes luchan por el reconocimiento legal y social de sus identidades, lo cual es crucial para acceder a derechos y servicios básicos como salud y educación.
- Discriminación y exclusión: En numerosos contextos, estas personas enfrentan discriminación directa y exclusión social, lo que incrementa su vulnerabilidad ante la violencia y limita el acceso a oportunidades laborales dignas.
- Impacto en la salud y bienestar: La marginación social afecta su salud mental, generando altos índices de estrés, ansiedad y depresión.
- Espacios laborales y sociales: Las barreras no se limitan a lo personal, en el ámbito profesional, los prejuicios y estereotipos reducen las oportunidades de desarrollo y consolidación.
- Resiliencia y resistencia: A pesar de estos obstáculos, la visibilizarían de las disidencias está impulsando entornos más inclusivos, en los que la diversidad se reconoce como una fortaleza y motor de cambio social.
En definitiva, podríamos decir que los roles de género influyen ampliamente en nuestra vida y en nuestra manera de estar en el mundo:
- Aprendizaje social y construcción de identidad: Los roles y estereotipos de género se aprenden desde la infancia a través de la educación, la cultura y la interacción social, moldeando nuestra autopercepción y limitando o ampliando nuestras aspiraciones.
- Impacto en habilidades sociales: Las expectativas de género condicionan la manera en que nos comunicamos y establecemos relaciones, influyendo en la forma en que desarrollamos competencias interpersonales y profesionales.
- Expresión emocional: La socialización de género dicta qué emociones son “apropiadas” para cada uno, afectando la salud mental y la gestión de conflictos en la vida diaria.
- Desigualdad laboral: La brecha salarial y el techo de cristal son reflejos de una estructura laboral que sigue reproduciendo roles de género, limitando el desarrollo profesional de las mujeres y afectando su calidad de vida.
- Presión estética: La imposición de ideales de belleza, especialmente en mujeres, genera insatisfacción corporal y eleva el riesgo de trastornos alimentarios, demostrando cómo los mensajes mediáticos y culturales se integran en nuestra salud emocional.
- Desafíos para las disidencias de género: Las personas disidentes enfrentan barreras adicionales en el reconocimiento y la inclusión, lo que impacta su bienestar emocional y sus oportunidades en todos los ámbitos de la vida.
- Potencial de cambio: Al ser construcciones sociales, estos roles y estereotipos pueden transformarse. Con educación, autoconciencia y apoyo, es posible romper con los patrones tradicionales y ampliar nuestras posibilidades de ser y sentir en toda su diversidad.
No cabe duda de que esto ha ido mejorando y avanzando a lo largo de los años y que cada vez las personas, indistintamente de su género, han podido progresar y desligarse de los roles tan rígidos que existían hace unos años, pero estas expectativas sociales siguen causando estragos en nuestra vida diaria.
Si en algún área de tu vida sientes que las expectativas impuestas te limitan o generan malestar, ya sea en el ámbito personal, emocional o profesional. Cada paso hacia la inclusión y la equidad contribuye a construir una sociedad más justa, donde cada persona pueda vivir de forma auténtica y plena.
¿Tienes dudas o inquietudes sobre tu identidad, habilidades sociales, la gestión de tus emociones o las barreras en el ámbito laboral y social? No dudes en ponerte en contacto con nosotros para explorar estrategias y apoyos que te permitan vivir con mayor bienestar.

Preguntas frecuentes sobre roles de género
¿Cómo afectan los estereotipos a la salud mental?
En general los estereotipos afectan en nuestra identidad y pueden generar conflictos entre lo que queremos hacer y lo que la sociedad espera de nosotros. Estos conflictos pueden generarnos malestar y este malestar puede llegar a ser incapacitante para nuestra vida.
¿Por qué es importante evitar los roles de género?
A nivel personal es verdaderamente importante ser conscientes de que los roles de género existen para ver de qué manera nos afectan y limitan en nuestro día a día. A nivel social, desdibujar los roles de género para poder comprender y relacionarnos con cada persona a nivel individual y no, teniendo en cuenta los estereotipos que se le asigna según su género,
¿Qué es romper el techo de cristal?
Romper el techo de cristal se corresponde con dar oportunidades a las mujeres para que puedan alcanzar puestos de poder sobre todo, teniendo en cuenta las dificultades a las que pueden encontrarse generadas por los roles de género.
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